no me gustan reuniones ¿de trabajo? No solo. Steve Jobs los desprecia. Era conocido por cancelar reuniones si no tenían un propósito claro. preferiría el teletrabajo, las reuniones cortas, de unos 10 minutos y enfocadas a objetivos específicos. Y fue así por una razón sin sentido: odiaba la idea de hablar y hablar sin llegar a ninguna conclusión clara. Una “maldita distracción para los ingenieros”, como se legó a señalar en más de una ocasión.
Esta máxima fue algo que hizo explícito a lo largo de su carrera: preocupado por la productividad y eficiencia de la empresa, se fue a decidir que tenía que menos personas trabajando en la empresa fue un claro beneficio para mantener la calidad sobre la capacidad.. Sin embargo, Apple nunca dejó de extender sus brazos, produciendo y vendiendo más iPhones cada año y presentando más productos, tanto en la línea de hardware como de servicios (icloud, AppleTV+, Música clásica de Apple…).
Las reuniones matan la creatividad
Día de reuniones, día tomado a la basura. Este es un mensaje que fue silenciado y que, lamentablemente, llegó respaldado por cifras reales: las reuniones, en demasiadas ocasiones, hijo improductivo. Entonces podemos entender que el desprecio de Steve Jobs por ellos no fue una pose, sino un acto de combate real.
En la novela biográfica ‘Steve Jobs’ de Walter Isaacson, en la página 434, se glosa una entrevista en BusinessWeek que data de 1997 donde Jobs deja muy claro lo que piensa sobre las reuniones de trabajo:
“Las reuniones son una de las peores cosas que existen en la empresa actual. Son terribles. Las reuniones interrumpen el trabajo, rompen el impulso, matan la creatividad. Y solo horas y horas de tiempo perdido»
Juventud, jornada sin reuniones de trabajo

Ese “matan la creatividad” es capital en una empresa donde el flujo creativo es fundamental para ir un paso por delante de sus rivales. Para evitar esta situación, dibuje un modelo. Esta es la carta que envié internamente:
Nuestra empresa se basa en el principio de que unas pocas personas puntuales pueden producir un producto brutal si no está limitado por:
- a) tener que convencer a una organización más grande de lo que sabes que es correcto
- b) si puede dedicar su tiempo personal a diseñar, comercializar o lo que sea, en lugar de administrar a otros para que hagan estas tareas menos bien.
Nótese el tono sardónico y la estupidez estúpida de la escala de poder, o directamente este tiro velado a la ignominiosa sensación de enfrentarse a inversores y perfiles que no están familiarizados con el «arte de crear». Tal como estaba, la letra no se deja en la superficie y se planta de la siguiente manera:
Para permanecer fiel a este principio, propongo las siguientes ideas:
- Todos necesitamos tiempo para trabajar individualmente sin interrupción. Las reuniones (con probadores, entrevistas…) están reduciendo nuestro tiempo individual y la productividad de nuestros ingenieros se está viendo afectada. Propongo que reservemos todo el jueves como un día sin reuniones de ningún tipo.. El jueves es nuestro día, un día en el que metafóricamente cerramos las puertas al mundo exterior y trabajamos tranquilamente de forma individual.
- Al revisar nuestros requisitos de personal (y, posteriormente, los supuestos) en la parte inferior, le animo a recordar que existe una línea muy sutil que, cuando cruza el aumento de personal, se convierte en gerente en lugar de colaborador o líder de equipo. Yo creo que nos hemos convertido en gestores en lugar de «hacedores», tanto nuestros horarios como la «grandeza» de nuestro producto suffrirán. ¡No permitamos que esto suceda! Es mejor tener menos gente, incluso si eso significa hacer menos. Construimos nuestra empresa lenta y cuidadosamente.

En la broma habitual de Jobs, la carta terminaba con «Discutimos estas dos ideas en nuestra reunión matutina personal». Es relevante atender al tono y la forma —ese «¡No dejemos que esto suceda!» Tan combativo, pero más aún en las ideas que perseguirían toda su carrera. Ideas que acabarían modelándose en el siguiente formato, como por ejemplo recoge el medio inc:
- Reuniones con poco personal, de 3 a 5 personas. Si hay demasiadas personas, habrá malentendidos, conversaciones a la deriva y se producirá el caos.
- horario breve con no más de 3 preguntas en la agenda. Tres puntos son mejores que cinco puntos por punto. El que mucho abarca…
- reuniones cortas, no más de 30 minutos y con una estructura clara.
Imagen de portada: David Paul Morris para Getty Images
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